Psalms 86

Gloria de Sión

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1. Es uno de los Salmos más hermosos; breve en la forma, pero apretado en ideas. Como en Salmos 75, 3; 84, 10; 85, 9; 131, 13, etc., y con un lirismo que lo lleva a empezar ‘ex abrupto’, canta el salmista la gloria de Sión y el reino mesiánico sobre todas las gentes. Montes santos: ‘Las colinas de Sión y Moriah sobre las cuales está edificada Jerusalén’ (Fillion). Ambas fueron elegidas para el Santuario y favorecidas con manifestaciones de Dios (Génesis 14, 18; 22, 2; II Reyes 24, 18). Cf. Salmos 2, 6; 67, 16 y nota; Miqueas 4, 1 s.
De los hijos de Coré. Salmo. Cántico.
¡Él la fundó sobre los montes santos!
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2. Ama más a Sión que al resto de Israel. Samaria cayó en semipaganismo (IV Reyes 17, 41) y sus diez tribus nunca volvieron del cautiverio de Asiria. En cambio “la salvación viene de los judíos”, como dice Jesús (Juan 4, 22). Cf. Salmo 77, 67 s.; Isaías 49, 14 ss.; 59, 20 (citado en Romanos 11, 26); 60, 10 y 15; Jeremías 3, 17 s.; Mateo 27, 37, etc. Algunos lo aplican a la Jerusalén celestial, más amada que la otra porque ella es, dicen, la esposa del Cordero. Pero ello sería solo una acomodación, pues el texto no compara aquí ambas ciudades sino a una con el resto de Israel. Por otra parte, San Pablo nos revela que el ‘Misterio’ del Cuerpo místico estuvo escondido desde la eternidad hasta que a él se le encomendó anunciarlo como apóstol de los gentiles (Efesios 3, 8 s.; Colosenses 1, 25 s.), y también les dice a los hebreos que Abrahán y los patriarcas aspiraban ya a la ciudad celestial (Hebreos 11, 10 y 16; cf. 12, 22). Las puertas, como hacen notar los comentaristas, indican una ciudad, en contraste con la vida nómade. Según el Salmo 121, 3. Sión será la ciudad modelo y según Isaías 1, 24-27, después de purificada, “será llamada ciudad del justo, ciudad fiel”. Cf. Isaías 24, 23.
Yahvé ama las puertas de Sión
más que todos los tabernáculos de Jacob.
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3. “Alude a los destinos gloriosos a que, según los profetas. Dios ha destinado a la Ciudad santa” (Páramo). Llama la atención en todos ellos la magnitud y extensión de esas promesas (cf. Salmo 64, 2 y nota; Ezequiel 40, 2; Mateo 23, 39). “Es el sentido de todos los Salmos graduales (119-133)” (Dom Puniet). Ciudad de Dios: Jesús, en Mateo 5, 35, la llama la ciudad del gran Rey (cf. Salmo 47, 2-3). Lesètre dice a este respecto que, según Baruc 5, 2. “Dios pondrá la mitra de honor sobre la Jerusalén restaurada” (cf. Salmo 68, 36). Cosas gloriosas: ‘Las que a continuación se dicen de ser Sión la metrópoli espiritual de todos los pueblos’ (Prado). Un “selah” (repetido en el versículo 6) subraya la profundidad y trascendencia de estas palabras misteriosas.
¡Oh ciudad de Dios,
de ti se dicen cosas gloriosas!
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4. “El salmista cede la palabra a Yahvé para dejarle pronunciar una profecía que tiene su paralelo en Isaías 2, 2 s. y 11, 10” (Ubach). Véase esos pasajes con sus notas y variantes según el hebreo. Por Rahab aquí se entiende Egipto, como en Isaías 30, 7 (texto hebreo). En el fondo esto no contradice a los muchos autores que ven en Rahab a la ramera que reconoció a Dios (Josué 2, 9 ss.) y fue salvada (Josué 6, 17 y 25); cuya fe elogia San Pablo (Hebreos 11, 31) y a quien Jesús comprende en su profecía contra la Sinagoga (Mateo 21, 31), pues hasta los pueblos más adversos a Israel vendrán a Sión para adorar a Dios (Mateo 8, 11). Filistea, etc., es decir, las naciones de todos los rumbos no solo vendrán a Jerusalén (Isaías 49, 12; 60, 5), sino que la tendrán por patria suya.
“Contaré a Rahab y a Babel
entre los que me conocen;
he aquí a Filistea y a Tiro
y al pueblo de los etíopes:
han nacido allí.”
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5 s. Calès, refutando a algunos que ‘exorcizan como pueden el espectro desagradable del profetismo mesiánico’, dice que ‘tenemos aquí un oráculo de la conversión universal de las naciones a Yahvé como en Isaías 2, 2-4 y en tantos otros pasajes de los profetas, paralelos o análogos. Los nombres propios citados por el salmista lo son a título de ejemplos. Y más adelante es cuestión simplemente de “registro de los pueblos”. Y Sión es aquí ante todo la Sión literal, metrópoli del reino davídico. Pero su concepto no se detiene allí, sino que se baña en la luz lejana y misteriosa de las esperanzas mesiánicas’. Sobre estos nuevos hijos de Sión, cf. Isaías 49, 21. En el versículo 6 Yahvé es representado ‘como llevando personalmente los registros, anotando uno por uno’ (Prado).
Así se dirá de Sión:
“Uno por uno,
todos han nacido en ella,
y es el mismo Altísimo
quien la consolidó.”
6Y en el libro de los pueblos,
Yahvé escribirá:
“Estos nacieron allí.”
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7. Todas mis fuentes están en Ti: Tal sería, según varios autores, el título de la danza festiva, cuyo sentido parece ser la alabanza de Sión como centro espiritual de todos los pueblos (cf. Isaías 59, 19 ss. citado en Romanos 11, 26; Isaías 60, 10-22, etc.). Otros entre ellos Vaccari, prefieren conservar la lección de los LXX según la cual estarán llenos de gozo cuantos moren allí.
Y cantarán danzando:
“Todas mis fuentes están en Ti.”
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